Kubo

Kubo vive tranquilamente en un pequeño y normal pueblo hasta que un espíritu del pasado vuelve su vida patas arriba, al reavivar una venganza. Esto causa en Kubo multitud de malos tragos al verse perseguido por dioses y monstruos. Si de verdad Kubo quiere sobrevivir, antes debe localizar una armadura mágica que una vez fue vestida por su padre, un legendario guerrero samurái.

Inicia la temporada de los premios Oscar 2017 y con el ella la incógnita sobre que cinta ganara la estatuilla a la mejor película animada que sin los estudios PIXAR en la competencia con Buscando a Dori el ventajismo va para Disney con Zootopia; pero no podemos pasar por alto Kubo la primera animación dirigida por Travis Knight y la quinta de los estudios Laika; una película que puede dar la talla y resaltar dentro del bajón en cuanto a guión en la categoría animada del 2016; se caracteriza por ser un prodigio, desde ese maravilloso prólogo que por emoción y capacidad expresiva hasta el punto de acercarse a esa sensibilidad asiática tan propia de Miyazaki; una producción llena de momentos de verdadero éxtasis en lo puramente estético, lamentablemente cae por tener un guión plano pero una fascinante apuesta estética. 

La animación en su máximo esplendor hace de kubo una cinta sobresaliente y un buen  gusto por los samuráis, una propuesta amigable, digerible y disfrutable en todo su metraje, con escenarios vistosos, personajes creíbles y sensatos, llena de un misticismo asiático y un universo increíble, marcando un nivel superior en materia técnica y de gráficos en la animación. 

El pecado de Kubo radica en contarnos una historia extremadamente sencilla, seguramente demasiado y con claros altibajos muy estimulante en lo visual y con algunos apuntes siniestros cada vez más difíciles de ver en el cine orientado a los más pequeños de la casa. 

Puntuación 8/10