La leyenda de Tarzán
Ya hace años que Tarzán (Alexander Skarsgård) abandonó la jungla africana para llevar una vida aburguesada como John Clayton III, Lord Greystoke, junto a su esposa Jane (Margot Robbie). Pero un día le ofrecen el cargo de embajador en el Congo. En realidad, todo forma parte de un plan ideado por un capitán belga (Christoph Waltz), aunque los responsables de llevarlo a cabo no están preparados para ello.
Entre erotismo y exhibicionismo se narra La leyenda de Tarzán, un film inadecuado técnicamente y argumentalmente que solo logra entretener en alguna que otra ocasión; con grandes efectos visuales y una digitalización hasta de los animales, esta cinta está llena de un vació argumental, como consecuencia de un atrofiado guión el cual no está justificado en ninguno de su metraje.
El resultado no es más que un vació mal actuado en donde su foco primordial es la exhibición del cuerpo de sus personajes, del resto es simplemente un bodrio que no aporta nada, se limita a contarnos más de lo mismo, dando pie a un formulismo típico del cine comercial, el cual busca la taquilla a través de la comodidad de un nombre. La película no es más que un fracaso de proporciones incalculables que se hunde por el hoyo de lo genérico, una leyenda que se siente moderna pero sumergida en la mediocridad ideológica.
Puntuación 3,5/10
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