Joy

Joy Mangano (Jennifer Lawrence) es una humilde trabajadora de Long Island y madre de tres hijos. Al inventar un utensilio tan sencillo y práctico como la Miracle Mop, un tipo de fregona de flecos de algodón, además de las Huggable Hangers, un tipo de percha que está forrada de terciopelo antideslizante, se hará rica de la noche a la mañana y acabará convirtiéndose en una notable inventora de productos del hogar y también en uno de los rostros más reconocibles de la teletienda americana.

David O. Russell, luego de un breve receso regresa al mundo cinematográfico con su acostumbrado estilo transgenérico; en esta ocasión maneja la comedia como una sátira (lo intenta llevar a su máxima expresión) y lo mezcla con un melodrama clásico, todo esto adornado con un excelente diseño de producción contemporáneo y grandes actuaciones, características que preparan el terreno para un digerible montaje, enmarcado en los estragos y excesos de una fábula urbana gestada en la comodidad de un hogar y una desventurada mujer. 

El problema más papable del filme es la evidente intención del director en hacer una cinta para explotar los senderos psíquicos de una actriz, Joy es una película hecha para hacer brillar a Jennifer Lawrence, está diseñada a su medida, con una dirección impecable y buenas intenciones, pero al mismo tiempo esto limito el guión y entonces el resultado es un tobogán de emociones lógicas, con un buen ritmo monótono y algo superficial en donde solo se desarrolla un solo personaje como pilar sostenible de la historia, impidiendo así el equilibrio y es cuando resulta un melodrama que se diluye por sí solo y que funciona de momentos, perdiendo así la oportunidad de contar la historia de una verdadera heroína doméstica. 

Puntuación 6.7/10