Godzilla

El filme que nos tare de vuelta noble monstruo aparecido por  primera vez en 1954, contó con la dirección del joven británico Gareth Edwards, la película pretende reiniciar desde cero la franquicia fílmica de Godzilla al recontar los orígenes del popular monstruo dentro de nuestros tiempos y presentarlo como una "aterradora fuerza de la naturaleza", fiel al estilo de películas elaboradas por Toho. La protagonizan Aaron Taylor-Johnson, Ken Watanabe, Elizabeth Olsen, Juliette Binoche, Sally Hawkins, David Strathairn, y Bryan Cranston. Los créditos por el guion pertenecen a Max Borenstein pero también hubo contribuciones en ese aspecto por parte de David Callaham, David S. Goyer, Drew Pearce y Frank Darabont. 

Gareth Edwards inyecta cierta fuerza al guión, indagando las pocas tonalidades dramáticas presentes en la trama, intentando sostenes en cierto grado el suspenso y el miedo por la amenaza que sufren sus personajes, cosa semejante también ocurre al espectador el cual se mantiene al pie de los acontecimiento de una cinta que no funciona del todo peor que en comparación de los remakes de las dos ultimas décadas esta sobresale. La cinta intenta marcar una diferencia, en vista que esta nueva versión no se plantea como un filme épico. La cinta sigue la historia de Ford (Aaron Taylor-Johnson), un militar que perdió a su madre en un accidente nuclear en Japón, ocasionado, aparentemente, por un terremoto. Su padre, Joe (Bryan Cranston) está convencido que hay algo más detrás del hecho, y dedica su vida a saber qué. Hasta que la revelación de un secreto militar desencadenará la aparición del temible monstruo cuya misión es darle un equilibrio a la tierra; esto apunta a un argumento serio y fuerte basado en una idea interesante que explica la nobleza del monstruo. 

La cinta explica el nacimiento de Godzilla y vuelve a ligarse con la indagación nuclear, con las variables necesarias para el éxito comercial. Así es, se trata de una película con un ojo en la cámara y con el otro en la taquilla,  de allí el uso con tremendo plus de efectos visuales, gracias al avance de la tecnología y a la presencia del 3D, que aporta poco o nada a la calidad de la película, simplemente un gancho para lograr la atención del publico. 

El resultado es una buena idea y un planeamiento más o menos serio que se va por el sendero de las malas adaptaciones, por el descuido de elementos primordiales y la ida a la borda de la fuerza lograda en algunos momentos al mismo tiempo que la fotografía se diluye con noches oscuras más días lluviosos y nublados (como para tapar fallas cuando aparecen los monstruos); todo esto se hunde bajo la buena música de Alexandre Desplat.  

Puntuación 6/10

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