El caníbal
Bajo la visión personal del protagonista de esta historia, Manuel Martín Cuenca desarrolla esta especie de Thriller psicológico, que más allá de sangre y violencia, se muestra una especie de experimento transgresor y extraño orientado a escrutar los inconvenientes de la psique de un trastornado que lleva una doble vida. La película es correcta, no se acerca a El silencio de los inocentes 1993, pero la trama es creíble y funciona en todo su lento y extenso metraje.
Carlos (Antonio de la Torre) es un prestigioso sastre granadino por el día y un psicópata que se come a sus víctimas por la noche, hasta que conoce a Nina (Olimpia Melinte), la única que parece inhibir esa tendencia asesina.
El Caníbal, se presenta como un conjunto de impresiones y vivencias propias de un asesino, una película muy cuidada, de hermosa fotografía, donde cada detalle importa, con una estética de orfebrería impoluta y dorada. Imposible no destacar la importancia del sonido y de los silencios. Martín Cuenca demuestra especial habilidad para saber donde hay que colocar la cámara en cada plano, para llevarte por sus caminos a donde él desea. Pero la tensión se diluye en esta cinta, esparciéndose en el aire, fundiéndose en negro como ocurre una y mil veces en la pantalla, rozando el sopor del espectador. Por desgracia, a pesar del interesante punto de partida no logra ir más allá: no empatizamos con el protagonista y tampoco nos llega a dar asco o miedo; simplemente nos limitamos a contemplar sus idas y venidas; sin embargo el resultado es admirable al estilo de las grandes cintas independientes y logra marcar una pauta entre las sobresalientes producciones de la madre patria.
Las actuaciones no están mal, de hecho es admirable que busquen transmitir emociones evitando recurrir a la exageración y los planos visualmente perturbantes; el problema es que todo el planteamiento carece de profundidad y termina por resultar hasta aburrido a falta, justamente, de un poco de energía en las actuaciones y de un poco de información sobre lo personajes, destaca la actuación de la actriz rumana Olivia Melinte en el papel de Nina, es una pena no haber aprovechado más a Antonio de la Torre, siendo que se desperdicio un poco al actor.
Puntuación 7.8/10
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