Ninja Turtles (Las Tortugas Ninja)
Nueva York está en peligro debido a que Shredder y su compinche El Clan del Pie dominan la ciudad y ejercen un férreo control sobre todo, incluyendo policía y políticos. Pero cuatro héroes (Leonardo, Michelangelo, Donatello y Raphael) saldrán de las alcantarillas y con la ayuda de la reportera April y su compañero Vern Fenwick intentarán salvar la ciudad. Narra de nuevo el origen de estos personajes del cómic, que en este filme serán alienígenas.
Jonathan Liebesman se arriesga demasiado intentando adaptar e reinventar el clásico del cómic y la serie original, cosa que no resulta del todo dando alguno que otro acierto pero en general el resultado es un completo desastres de efectos especiales que buscan distraer la poca exigente audiencia. La película pulsa todos los botones necesarios: pizza, ninjutsu, chistes de caparazones... Pero se queda en la superficie y no ahonda en el núcleo de lo que hacía a las tortugas ninja originales tan entrañables, ese halo de rareza tontuna. Para rematar, las tortugas parecen especialmente avergonzadas de gritar "Cowabunga" y se disculpan continuamente antes de hacerlo.
En esta nueva versión, las tortugas ninja se han vaciado por completo de personalidad y hasta resultan un poco inquietantes. La tecnología de captura de movimientos es quizá demasiado perfecta, y los personajes han cruzado el límite para entrar de lleno en el valle inquietante. Sus caras son demasiado humanas como para que el espectador se sienta a gusto. El argumento de Ninja Turtles tiene ese tipo de agujeros tan evidentes que se van viendo sobre la marcha. No hace falta esperar a salir del cine para reparar en ellos. No es que el guión sea el plato fuerte de una película como esta, pero el que sea tan malo no ayuda en absoluto. El personaje de April O'Neil, interpretado por Megan Fox, es especialmente incoherente. Parece como si hubieran intentado hacer una mezcla de dos de las versiones que aparecen en anteriores encarnaciones del personaje. Pese a los vanos intentos de hacer simpática a la señorira O'Neil, el personaje ya hace aguas desde el principio y para todo el film.
Y más allá de la simpleza del guión y la rauda dirección de Jonathan Liebesman,Teenage Mutant Ninja Turtles no es el caos absoluto que uno pensaría que es. Tener una mentalidad de diez años ayuda a pasarla bien, viendo a los hermanos entrenar, comer pizzas, tirarse pedos e improvisar sesiones de karaoke y dubstep, así como también el despliegue de acción y efectos ayudan mucho a reforzar esa idea, con el descenso por la ladera de una montaña nevada siendo el mayor fuerte a la hora de llevarse algo positivo del film.
Puntuación 4/10
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