Almas Que Penan

Almas Que Penan, se convierte en una experiencia tensa, enigmática y por momentos emocionante, cuya gran particularidad es la de formar parte de dos géneros que rara vez se mezclan: el horror y el terror, la cinta trata de un thriller sobrenatural lleno de apariciones fantasmales muy bien logradas, se aleja de las clásicas lecturas de terror sin actuaciones exageradas o momentos trillados; sin embargo hay momentos que le sobran y el cierre de la historia es predecible y abierto, un final típico de las cintas del género. Pese a contar con mínimos fallos y alguna pequeña laguna argumental, los escasos diálogos se sienten auténticos, nada melodramáticos pero sí muy humanos.
La ópera prima del director Nicholas McCarthy atrapa desde el primer momento al espectador usando el misterio como arma clave. Aunque la trama es simple y el terror no es de alto voltaje, lo explícito de ciertas escenas sobrenaturales pone los pelos de punta en los momentos necesarios. En conclusión, es una producción sumamente robusta que no es muy exigente con el espectador y que, sin embargo, ofrece mucha calidad a nivel narrativo y artístico. Tal vez peque de una falta de originalidad flagrante, pero no creo que busque epatar al público, si no más bien satisfacer a los amantes del terror sobrenatural más clásico. Sin despistarnos con efectismos, McCarthy demuestra que sabe hacer muy bien su trabajo y reafirma que las viejas historias no están muertas, que solo deben tratarse con respeto para que el público responda, sienta algún escalofrío que otro y divague un poco con respecto al misterio que se nos presenta, cuya parte de investigación representa un buen motor capaz de entretener sin acelerar. Una pequeña cinta de miedo muy recomendable para el aficionado en general, y una película de obligado visionado para los amantes del thriller sobrenatural. Estos, como un servidor, apreciarán sumamente la envolvente y reposada atmósfera de suspense que se respira a cada momento
Puntuación 6.8/10
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