El Hobbit: La Desolación de Smaug
En la segunda parte del viaje de Bilbo Bolson es apreciable que Petter Jackson ajusto los tornillos sueltos dejado por El Hobbit: Un viaje inesperado, gestando un film con mucha más acción, narrando escenas de peligro, batallas y la fastuosa secuencia del escape a través del río, las tomas se mueven mucho y evoca las mejores escenas de la trilogía “El señor de los anillos” (2001-2003); pero el mayor acierto fue el de predecir el regreso de Sauron y la incorporación de algunos personajes, como Legolas (Orlando Bloom) y Tauriel (Evangeline Lilly) quienes no están presentes en el libro original pero sirven de puente de conexión para la trilogía de Frodo Bolson; cabe destacar que el personaje de Tauriel no existe en el mundo de Tolkien, fue una creación de Peter Jackson y resulto todo un peso dentro de la cinta llevándose toda la atención del espectador. 
A pesar de la mejoría con que fue tratada, La Desolación de Smaug no deja de ser aburrida y lenta al estimado Jackson se le va de la mano la ejecución de las acciones durante todo el metraje y no hace más que un ritmo basado en crear pequeños episodios de aproximadamente veinte a veinticinco minutos para dar cabida a casi todo lo que sale en el libro y otros tantos que el invento, la cosa resulta cargada de situaciones extremadamente lentas y de cierta manera ilógica, tan solo el hecho de hacer el libro en dos parte era un desafío que lamentablemente no se supo abordar.
No se puede negar que la cinta nos regala momentos épicos y majestuosos como la salida del dragón Smaug y todo su interminable e inquietante dialogo con Bilbo, también de manera técnica sobresale todo el espectáculo visual y sonoro que resulta la tierra media frente a un mal que asecha y toma vida en las sombras.
Puntuación 6,5/10
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