Un tipo serio
Bienaventurado sea el que entienda a los hermanos Coen porque del es el reino de la cinematografía. En el año 2009 los bipolares hermanos Coen demostraron al mundo que pueden hacer lo que quiera con esta cinta de humor negro al estilo canadiense diría yo titulada “Un tipo serio”.
El recurso que mejor define la cinta y que la engloba durante todo su metraje bien ajustado es el muy peculiar universo Coenxista, un mudo que solo ellos entienden pero que les queda de un exquisito en 35 mm, digamos que es la marca de originalidad de los hermanos, caracterizada por un final inesperado tal cual como “No country for old man” y “Burn after Reading”; pero en esta película se juega con elementos clásicos atípicos recursos utilizados por los hermanos como lo son: las dudas existenciales, la causalidad y no la casualidad de los hechos, lo duro que es la vida, los conflictos morales, dudas religiosas, y el inexplicable destino, y es que dejaron atrás la sangre fácil y los conflictos ficticios para ubicarse en una especie de filme real, algo como una comedia tan oscura como el Caballeroscuro capaz de hacer reír solo a los inteligentes.
Con un inicio que nada tiene que ver con lo que sigue pero que te ayuda a tratar de entender lo planteado por este pasado fume de los siniestros hermanos; el film va pasando de humor canadiense a parodia del judaísmo, el nucleo familiar o las enseñanzas al respeto de los mismos, en una telaraña argumental tan compleja como intrascendente, a tal punto que no logra tener solución y entonces nos sorprenden con un final catatónico, pero con suficiente ingenio para no perder el interés del espectador; pero la cinta peca de exceso argumental se dispersa tanto que se torna compacta y dura de digerir.
Pero a la hora de la verdad el resultado es una verdadera obra del 7 arte, digamos que una pieza ineludible para los seguidores de los Coen, un gustazo para los espectadores; pero para cualquiera que no sepa de los temibles hermanos pueda resultar incomprensible y terminen abandonando la sala a los 30 minutos de metraje. Resulta con un ritmo y humor atípico se le añade un reparto desconocido y una excelente actuación del personaje central Michael Stuhlbarg.
Puntuación 8/10
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