Temple de acero o Valor de ley
Los inseparables hermanos Ethan Jesse Coen y Joel David Coen, han demostrado con el paso del tiempo su excelente evolución cinematográfica y su dominio en la diversidad de géneros sea comedia, humor negro, gánster y mafia o drama lo hacen bien aunque el humor negro y películas de mafia sean su fuerte. Nos dejaron una vaca sagrada llamada “No Country for old man”, considerada por muchos como su obra de arte y la mejor cinta de la década 2000-2009, luego la comedia se apodero de ellos con las desterradas “Burn after Reading”, “Un hombre soltero”. Para este año pasado se vistieron de héroes y tomaron su pluma para darle vida a un estilo que se consideraba extinto “Valor de ley” o “temple de acero”, , el filme es una adaptación de la novela escrita por Charles Portis, la cual también fue adaptada al cine en 1969.
Existe un dicho muy sabio pero autóctono el cual dice En la variedad está el gusto, precisamente esto es lo que ha caracterizado a los Coen, a tal punto que los ha colocado en la palestra como referencia del buen cine contemporáneo. Valor de ley es una obra de arte perfectamente acabada con excelentes matices misceláneos en escala de época al mejor estilo del lejano oeste, caracterizado por una dirección perfecta, con un acabado maravilloso dando tonalidades excelente, tiene mucho que aportar desde las nalgadas de una niña hasta en enfrentamiento del lejano oeste.
Posee y un exquisito guion como hecho a pinceladas, el cual envuelve un argumento clásico pero divertido, bastante digerible por el espectador y creativo a pesar de tratase de una adaptación. Con este film ocurre algo atípico, es uno de los pocos remakes que se encuentra a la altura de su original, sin mucho que inventar, y no carecer de vigencia. Pasa que este filme es un fenómeno raro que muy raras veces ocurre, se trata de un remake tan bueno y divertido como su original, si llegar hacer la copia fiel del mismo. Lo curioso es que la cinta es plasmada bajo un formato actual pero parece haber sida grabada, y escrita en los años 50, una era donde los guiones eran vírgenes y se traban de diálogos con cierta inocencia y heroísmo, actualmente una especie extinta, pero recordada por los geniales hermanos.
La dirección de arte fue tratada con mucho cuidado, se le dio una tonalidad grisácea la cual junto a la música original crearon una atmosfera de tristeza pero con cierta esperanza melancólica. Respecto a la fotografía, los planos nocturnos y la ambientación como tal ofrecía momentos interesantes cargados de una belleza única. En cuanto la actuaciones no hubo nadie fuera de lugar ni malas interpretaciones por el contrario estuvo de nivel a la altura de los grandes, especialmente Matt Damon, el cual en cada trabajo que hace demuestra lo grande que puede ser y que quiere ser, de hecho me gusto mucho más que Jeff Bridges el cual no tengo nada que puntualizar el siempre excelente y exquisito. Respecto a Hailee Steinfeld y Josh Brolin, bastante aceptable su interpretación tanto gusto la nueva Matti que logro una nominación a los Oscar.
A decir verdad no soy amante de este estilo de cintas pero debo reconoces que es una película perfectamente lograda, con las premisas del cine WESTERN, al estilo del lejano oeste en donde se pregonaba la justicia y los héroes, bajo una inocencia y parlamentos inteligentes. Pese a las diez nominaciones los hermanos terminara yéndose con las manos vacías en los premios de la academia, cabe resaltar que fue un año muy provechoso y productivo para el cine lástima que ganara una que no es la mejor del 2010.
Puntuación 8.3/10
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