Harry Potter y los misterios del principe
Sexto año en Hogwarts. Mientras el plan de Voldemort va tomando forma, Harry y el profesor Dumbledore se preparan para plantarle cara al innombrale señor maligno. La clave de todo parece tenerla el despistado y afable profesor Slughorn, un antiguo empleado de la escuela que fue el tutor del mismísimo Tom Riddle. Mientras, las hormonas causarán estragos en los protagonistas transformando por completo sus relaciones. El 6º libro de la saga empieza en el mismo punto en el que terminó el anterior, "Harry Potter y la Orden del Fénix". El mundo mágico ha sufrido un shock al descubrir que Voldemort y sus Mortífagos han vuelto, y el saber que todos los esfuerzos del Ministerio de Magia iban dirigidos a ocultar este retorno a la opinión pública, en vez de luchar contra ellos, no ha ayudado a mejorarlo. Comienza así la 2º Guerra Mágica... en medio del caos político, con el gobierno desacreditado y el Ministerio de Magia destruido. Una guerra que no solo afectará a la gente mágica... si no que entrará también en el mundo de los Muggles... lo que nos lleva a un primer capitulo muy divertido (de los pocos con los que te ríes abiertamente en un libro tan “oscuro”) con la intervención estelar de "El otro ministro". Así, en El Príncipe Mestizo, Harry deja de aparecer en El Profeta como el “Niño que Vivió”, un chico desequilibrado por su infancia trágica y con ansias de fama y grandeza, para aparecer desde ahora como "El Elegido" (tranquilos, aun no se ha comprado abrigo negro ni gafas fashion). Un Elegido del que se dice que vencerá a Ya-Sabes-Quien cumpliendo una Profecía que nadie (o casi... porque hasta aquí tendréis sorpresa) ha oído, pero sobre la que todos especulan. Se convierte así en la gran esperanza mágica, y también en una estrella mediática a la que todos quieren conocer. No es una gran mejora para él a pesar de todo, pues se sigue sintiendo un espectáculo andante, con lo poco que gusta eso a los 16 años... aunque para los lectores sí que es gratificante, Harry vuelve a ser el héroe brillante que todos queríamos leer y del que nos encariñamos en "Harry Potter y La Piedra Filosofal" y en "Harry Potter y la Cámara Secreta".
¿Qué le están haciendo a Harry Potter? De aquellos libros que atraparon a millones de lectores sin importar edad o país ya no queda resto alguno en las películas. Las aventuras emocionantes, llenas de fantasia pero a la vez sencillas y sobre todo, llenas de magia y originalidad se han quedado en películas repetitivas, aburridas y tontorronas donde la magia queda en un tercer plano para dar toda la importancia a los bobos amoríos de los personajes. Está claro el público al que los productores han decidido dirigirse: las niñas de entre 13 y 15 años.
No hay dirección ni siquiera de arte, el guion es mediocre con diálogos bastantes triviales y absurdos, la actuación paupérrima, al estilo crepúsculo. Muchos fans quedaron tan defraudados con Harry Potter y la Orden del Fénix, que prometieron no volver a caer, pero el mago y sus aventuras son irresistibles. El problema es que Harry Potter y el Príncipe Mestizo no cuenta las aventuras de ningún mago, sino los días de instituto de un chico con gafas, un chaval pelirrojo y una muchacha rubia y cursi. Muy decepcionante, Si no hay hechizos, intriga, batallas ni Lord Voldemort, ¿qué hay? El guión reúne todas aquellas partes del libro menos interesantes y elimina a cambio la historia del joven Tom Riddle (sin duda lo mejor del libro) e incluso la batalla final. Es indignante que con dos horas y media de duración no se haya aprovechado mejor el tiempo dando cabida a todo. Como ya ocurrió con la película anterior, la historia avanza a saltos, deshilachada, eligiendo trozos sin mucha relación de aquí y de allí. Tratan de dar una profundidad psicológica a los chicos, mostrando sus sentimientos, de culpa, de miedo, de remordimiento… Pero lo que enganchaba en los libros era la sencillez de unos personajes muy planos que dejaban todo el protagonismo al mundo maravilloso en el que vivían. Al dar profundidad a unos personajes que no la tienen se consigue esta película. Draco era malo, Harry bueno, Ron tontorrón, Hermione lista y punto, no hay que darle más vueltas. Intentando hacer las películas de Potter más “adultas y oscuras” han conseguido justo lo contrario, hacer un capítulo largo de la serie “Física o Química” pero con el decorado de color negro.
¿Qué le están haciendo a Harry Potter? De aquellos libros que atraparon a millones de lectores sin importar edad o país ya no queda resto alguno en las películas. Las aventuras emocionantes, llenas de fantasia pero a la vez sencillas y sobre todo, llenas de magia y originalidad se han quedado en películas repetitivas, aburridas y tontorronas donde la magia queda en un tercer plano para dar toda la importancia a los bobos amoríos de los personajes. Está claro el público al que los productores han decidido dirigirse: las niñas de entre 13 y 15 años.
No hay dirección ni siquiera de arte, el guion es mediocre con diálogos bastantes triviales y absurdos, la actuación paupérrima, al estilo crepúsculo. Muchos fans quedaron tan defraudados con Harry Potter y la Orden del Fénix, que prometieron no volver a caer, pero el mago y sus aventuras son irresistibles. El problema es que Harry Potter y el Príncipe Mestizo no cuenta las aventuras de ningún mago, sino los días de instituto de un chico con gafas, un chaval pelirrojo y una muchacha rubia y cursi. Muy decepcionante, Si no hay hechizos, intriga, batallas ni Lord Voldemort, ¿qué hay? El guión reúne todas aquellas partes del libro menos interesantes y elimina a cambio la historia del joven Tom Riddle (sin duda lo mejor del libro) e incluso la batalla final. Es indignante que con dos horas y media de duración no se haya aprovechado mejor el tiempo dando cabida a todo. Como ya ocurrió con la película anterior, la historia avanza a saltos, deshilachada, eligiendo trozos sin mucha relación de aquí y de allí. Tratan de dar una profundidad psicológica a los chicos, mostrando sus sentimientos, de culpa, de miedo, de remordimiento… Pero lo que enganchaba en los libros era la sencillez de unos personajes muy planos que dejaban todo el protagonismo al mundo maravilloso en el que vivían. Al dar profundidad a unos personajes que no la tienen se consigue esta película. Draco era malo, Harry bueno, Ron tontorrón, Hermione lista y punto, no hay que darle más vueltas. Intentando hacer las películas de Potter más “adultas y oscuras” han conseguido justo lo contrario, hacer un capítulo largo de la serie “Física o Química” pero con el decorado de color negro.
Puntuación 3/10
Comentarios