Nueva en la ciudad.

Es interesante mirar a la Renée Zellweger, en la faceta de toda ejecutiva, con glamour, estilo y en tacones, tras la chica fea y voluminosa del diario de Brigitte Jones o la campesina de Could Mountain, como la pongan esta actriz ha demostrado, lo buena y multifacética que puede resultar dando esos toque de gracias que solo ella sabe.

Lucy Hill (Renée Zellweger) es una ejecutiva ambiciosa con mucho futuro que vive en Miami. Adora sus zapatos, sus coches, su pelo y subir puestos en el escalafón corporativo. Cuando le ofrecen un puesto temporal lejos de su ciudad para reestructurar una fábrica, acepta inmediatamente sabiendo que un gran ascenso no anda muy lejos. Lo que empieza siendo un trabajo sencillo acaba siendo una experiencia que le cambiará la vida ya que Lucy va a encontrar un mayor sentido a su existencia y también, de forma imprevista, al hombre de sus sueños (Harry Connick, Jr.).
Si bien me limito en pocas palabras diría que esta película es tan predecible que solo al minuto 14 ya sabemos como será el desenlace, pues es todo una monotonía que llega a aburrir desde que empieza, hasta que en el minuto 40 allí es lo único que logra trasmitir el director una magia de la navidad, ese compartir y el arrepentimiento que la actriz maneja en el drama, hace que el espectador tome el interés; para que depuse se torna aburrida otra vez con diálogos rebuscados y un guión muy forzado, es de notar que fueron dos guionistas tratando de cuadrar el felices por siempre. Esta película no aporta nada y como comedia se queda detrás, es de afirmar que este es un típico film de director Jonas Elmer y una cinta mas del montón, solo llega a dar risa el momento que Zellweger tratar de aplastar sus senos para que no se vean lo erecto de sus pezones.

Puntuación 3/10

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